Tempranillo con un carácter muy particular
Al estar situada en el extremo occidental, cercana ya a la frontera portuguesa, Tierra del Vino de Zamora tiene una altitud más elevada que su localidad vitivinícola más próxima, Toro, llegando a los 750 metros de altitud, lo que da a la zona temperaturas inferiores, particularmente durante el verano y el mes de septiembre, que resulta clave para la maduración de las uvas. Además de esta particularidad, la zona es muy aireada, con una brisa constante que permite refrescar y mantener la sanidad de las uvas en estaciones húmedas.
En la provincia de Zamora, la temperatura media es la más alta de Castilla y León, lo que conduce a una cierta homogeneidad en las cosechas. Complementariamente, la Tierra del Vino zamorana es una zona bien ventilada, algo que compensa los rigores térmicos estivales y minimiza los riesgos de enfermedades de la viña. El arranque de vendimia suele coincidir con la primera quincena de octubre. Estos veteranos viñedos de Tempranillo tienen una increíble capacidad para autorregularse en función de las características de cada añada. No es extraño que en años de rendimientos cortos, la cepa no alcance a producir un kilo de uvas. Viñas del Cenit se nutre de viñedos localizados únicamente en los términos de Villanueva de Campeán y Cabañas de Sayago, municipios ubicados en la comarca de Tierra del Vino.
Las condiciones climáticas de la zona favorecen la sanidad del cultivo y por tanto una viticultura en la que solo se utilizan productos orgánicos respetuosos con el medio ambiente y se realizan los trabajos de forma sostenible. La propia idiosincrasia de la zona también es un factor importante en el hecho de que tradicionalmente se haya llevado a cabo esta forma de proceder. En prácticamente la totalidad de los casos, el viñedo ha pertenecido históricamente a pequeños productores con una gran vinculación emocional a estas viñas que trabajaban por motivos que iban mucho más allá de la pura producción.
SUELOS
La diversidad de suelos que existen en la comarca se debe en gran parte a que en otras épocas estuvo regada por tres pequeños ríos, dejando fundamentalmente sedimentos de arena muy fina, pero también zonas donde la superficie del suelo es en su totalidad canto rodado.
Otra característica de estos suelos es que son profundos, debido a que se trata del final del cauce del río Duero y en esta fase el río deja gran cantidad de depósitos finos. Los suelos se componen principalmente de arenas en superficie y arcillas en profundidad. Existen igualmente zonas cargadas de canto rodado en superficie.
Viñas del Cénit se alimenta principalmente de cepas viejas plantadas en el sistema tradicional de vaso. Incluso para sus vinos más jóvenes, la base vitícola se sitúa en una media de 35 años. De ahí hacia arriba, hasta llegar a algunas viñas a las que se le calculan entre 150 y 180 años de vida. La mayoría de estas viñas están plantadas con pie franco antes de que la filoxera hiciera estragos en España. Su hábitat son tierras pobres con superficie de gravas y arenosas, sobre un lecho profundo donde domina la arcilla.
El clon de Tempranillo de la zona, o Tinta Madrid, como se denomina en esta comarca a esta variedad, tiene unas características muy especiales. Es poderoso como su vecina Tinta de Toro, pero elegante como los tempranillos de Ribera del Duero. Tiene un hollejo grueso cargado de taninos, pero la expresión en el paladar es suave y granulosa. La expresión de los aromas y sabores es muy particular, tiende al café, regaliz y especias dulces, incluso antes de su paso por madera. Estas dos características lo hacen distinto de la Tinta de Toro, que aromáticamente es más proclive a las moras y frutos negros y los taninos son más marcados.